Panorama Podcast

Milei de 1 al 6

Conquistó el poder en un raid sin precedentes de apenas seis meses. Electo por amplia mayoría, Javier Gerardo Milei es sin duda el personaje del año, más allá de la Argentina. Le queda por demostrar ahora que el cambio que propone es la salida para un país en crisis.

Por Juan Luis Buchet, Corresponsal de La Tribune y Le Télégramme, Director periodístico de Radio Cultura

Y Javier Milei tuvo su día de gloria. Accesoriamente, la Argentina cambió de época, o de era. En realidad, este 10 de diciembre 2023, en el que el líder de La Libertad Avanza asumió como décimo presidente de la democracia recuperada hace 40 años, marca un quiebre, una ruptura en la vida política, económica y social del país.

Porque Milei sigue siendo un outsider, pese a haber ocupado el espacio, las plataformas y las primeras planas en los últimos meses, desde las primarias de agosto hasta su elección el 19 de noviembre. No existía hace cuatro o cinco años, si no como un disruptivo personaje mediático. A veces casi payasesco. Sin embargo, con un partido creado hace apenas dos, logró conquistar el poder, rompiendo el sistema político establecido desde hace décadas, en un raid comparable al de Emmanuel Macron en Francia en 2017.

En este año político 2023, que comenzó con un anunciado duelo entre un oficialismo peronista kirchnerista Frente de Todos, en realidad solo de algunos, y una oposición macrista y compañía Juntos por el Cambio, todo menos Juntos pero convencidos de su victoria, la contienda electoral terminó con la explosión de ambas supuestas alianzas por la gracia del hoy presidente. Y de la creciente mayoría de los argentinos que lo apoyó.

En ese derrotero, hubo varios Milei. Al menos cinco.

El primero, excesivo, super polémico, habla de libre portación de armas y de mercado de órganos, a la vez que se pronuncia a favor de la despenalización de la marihuana y del sexo compartido. ¡Pero en contra del aborto y de los derechos LGTB+! Sin olvidar sus propuestas anti-Estado e hiper liberales, conforme a la doctrina económica libertaria que reivindica. Así, agrupa y abarca a varios electorados en muchos aspectos opuestos, pero todos atraídos por su prédica antisistema.

Con ese combo Milei ya se perfilaba para presidente, así como lo escribí en mayo para Radio Francia Internacional. Quienes quieran leer el texto de este podcast en el portal Perspectives encontrarán el artículo en cuestión en este link (link en francés aquí).

Ese primer Milei, a la sorpresa de muchos, gana las PASO, las primarias obligatorias, con más del 30% de los votos, delante de la cambiemista Patricia Bullrich y del siempre cambiante Sergio Massa. Queda eliminado Horacio Rodríguez Larreta, que ya se estaba probando la banda presidencial.

Un bolo menos para el Milei 2, milagro de las primarias, que se concentra en la economía y la política para la primera vuelta, confronta con Bullrich pero acepta la unción del expresidente Mauricio Macri, supuesto mentor de la entonces presidenta de su partido, el Pro. Muy hábil él, pese a las apariencias, porque sigue teniendo un discurso flotante, para muchos no convincente. Suficiente sin embargo para pasar al balotaje, casi sin ganar votos, detrás de un Sergio Massa que logra unir dispersos votantes de las diversas tribus peronistas, además de no peronistas que lo ven como un mal menor.

Desaparecida Bullrich en esta ocasión (otra sorpresa para muchos) y en vísperas de la segunda vuelta, surge un Milei 3, casi apagado, que no sabe ni contesta, un verdadero león de peluche. Ninguna declaración disonante. Sus electores, primero sorprendidos, luego contentos. Sus adversarios, preocupados. Y con razón.

Como es sabido, el combate terminó con un casi nocaut: 56-44 a favor de Milei, nuevo presidente de la Argentina, legitimado por un caudal de votos sin precedentes desde la restauración de la democracia hace 40 años.

¿Las razones de la victoria? Intentamos explicarlas en otro artículo, esta vez para Le Télégramme.

Digamos para resumir que Milei supo captar un deseo de libertad de emprender y un rechazo a un Estado tan omnipresente como ineficaz, sentimientos latentes o abiertamente expresados en todas las capas de la sociedad, especialmente entre los jóvenes, al que el libertario pudo llegar a través de las redes sociales. Su éxito marca también el fin de un modelo peronista kirchnerista que se desdibujó al instrumentalizar los Derechos Humanos, manipular groseramente a los sectores más vulnerables de la sociedad y, sobre todo, fracasó estrepitosamente en el campo económico.

Más que bronca, como se dijo en un tiempo, hastío. ¡Y hasta los no convencidos pudieron pensar “¡Por qué no, probemos!”

Así se generó una ola irresistible, en una sociedad más madura de lo que se pensaba, que comprendió que el descalabro de la economía no se podría resolver sin un plan de austeridad que lleve al equilibrio fiscal. Un diagnóstico compartido por la clase dirigente, pero que ningún político hasta Milei, se animaba a formular con claridad.

Y así, cuando muchos temían despertarse el 20 de noviembre con un país partido en dos, una clara mayoría indicó cuál era el camino elegido. Victoria indiscutible et inobjetable, nada que objetar. Abatidos los perdedores, eufóricos los ganadores, tranquilizados todos, el Milei 4 surgió en la noche del 19 de noviembre. Con un discurso responsable y abierto, empezó a calzarse el hábito presidencial.

Ya no furia. En esos poco más de 10 días entre la elección y la asunción, el presidente electo no dejó de trabajar y se mostró más político a la hora de formar su gabinete, a veces con errores y retrocesos, pero sin perder el norte, es decir, resistiendo a las presiones de muchos aliados de primera y última hora, especialmente de Mauricio Macri. Con aportes de unos y otros sí, pero elegidos por él, su primer gobierno será su gobierno. Y fue aclarando, matizando si no borrando, declaraciones anteriores sobre la dolarización y el cierre del Banco central. Para tranquilidad de muchos.

Con esa actitud, este Milei 4 se ganó simpatías más allá del 56% de los electores que lo votaron, como lo retracé en otro artículo con testimonios, esta vez para La Tribune.

Y así llegó a su gran día, el que evocábamos al inicio de esta nota: 10 de diciembre, transmisión de mando. Jura ante la Asamblea Legislativa en el Congreso de la Nación. Todo rápido, pero mucho goce para él. Luego discurso, supuestamente dirigido al pueblo (en realidad, sus seguidores), de espaldas a los legisladores, constitucionalmente los representantes de dicho pueblo…

Para él, pero quizás en un relato anterior, la gente y la casta, la gente versus la casta. ¿Pero es tan así? Muchos representantes de la clase política tradicional (entiéndase la casta) integran el nuevo gabinete. Si bien elegidos, y los hay, son aportes indispensables.

Lo nuevo siempre surge en parte de lo viejo. Lo demuestra este Milei 5, que vimos de cerca en la asunción de mando y que dio el tono con un discurso en el que prometió algo así como “sudor y lágrimas” (aunque no sangre) como lo explico para Le Télégramme.

Un nuevo pacto social” anunció, prometió y ofreció Javier Milei a la ciudadanía. Basado en la libertad y responsabilidad individual, para un crecimiento ordenado en el marco de una economía liberada de trabas y cepos. Queda por ver cómo se implementa este proyecto en el contexto de crisis sin precedentes que él mismo describe.

Ante esta situación crítica, prioridad al equilibrio fiscal, es decir “ajuste y más ajuste”, como afirmó Milei el 10 de diciembre, anunciando una salida del túnel recién entre julio y diciembre 2025, después de meses en que la situación empeorará. Quizás pueda empezar a mejorar antes (es sin duda su apuesta). Pero quizás no, por la economía o la resistencia de ciertos sectores sociales.

De hecho, dos días después. El ministro de Economía Luis Caputo, en una mediocre prestación, presentó las primeras medidas de ajuste, que no sorprendieron, además de anunciar una devaluación del 54%, sin duda necesaria, pero que ya desencadenó una disparada de los precios. También mediocremente y sin sorpresa, organizaciones autodenominadas piqueteras y gremios llamaron a manifestarse en contra.

No faltarán protestas. Sin embargo, pese a los sacrificios por venir, una mayoría de los argentinos parece convencida que el camino propuesto por el nuevo presidente es el mejor y vive con esperanza el momento.

¿Pero, por cuánto tiempo? El Gobierno enfrentará su primer test después de las vacaciones, cuando se empiecen a sentir los efectos de las medidas de ajuste. Y cuando el nuevo oficialismo, que tiene aliados parciales y potenciales en el Pro y otros restos de lo que fue Juntos por el Cambio, así como en el peronismo tradicional, federal, de los gobernadores y menemista, busque generar consensos necesarios y nuevas mayorías en el Congreso. Política pura, con o sin casta. Allí, si quiere de verdad cambiar el rumbo de la Argentina, ¡tendría que aparecer el Milei 6!

Gracias por acompañarme. Espero sus comentarios y les mando un saludo cargado de optimismo para este 2024 que comienza.

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