Forum Empresarial 2021

Forum Empresarial 2021: economía circular para una ciudad sustentable

Un caso público y otro público que promueven la economía circular en busca de una mayor sustentabilidad, con la Ciudad de Buenos Aires como marco. Este panel fue parte del Forum Empresarial del 9 de noviembre de 2021. 

Oradores:
Manuel Albadalejo, Director de la Oficina Regional de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay
Pedro Martín Comín Villanueva, Subsecretario de Higiene Urbana, Ministerio Espacio Público e Higiene Urbana del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Mariana Petrina, Directora de Comunicaciones y Asuntos Públicos y Sustentabilidad de L’Oréal Argentina
La moderadora fue Paula Bercovich, encargada de Relaciones Institucionales de Veolia Argentina

Cómo visualizar las participaciones de cada orador (la referencia de tiempo corresponde al principio de cada intervención):
09:20 – Manuel Albadalejo
24:35 – Pedro Martín Comín Villanueva
38:20 – Mariana Petrina
47:00 – Espacio para preguntas y debate

 

Manuel Albadalejo

Antes que nada, quisiera recordar las palabras de Ida Auken, una parlamentaria danesa que fue Ministra de Medio Ambiente de su país entre los años 2011 y 2014, durante el Forum Económico Mundial de 2016. «Bienvenidos a mi ciudad, en 2030. Nada me pertenece. No soy dueña ni de un auto ni de una casa. No poseo electrodomésticos ni ropa. Soy usuario de todo pero propietaria de nada. Y nunca la vida ha sido mejor». Su discurso apuntaba a dos cosas: el cambio en el concepto que tenemos de «usuario» y «propietario»; y para que esto se genere, como tenemos que aplicar principios de la economía circular y de la cuarta revolución industrial para favorecer esta transición.

Desde ONUDI visualizamos la venida de estos temas por medio de dos conceptos: la industria 4.0 y la sustentabilidad o circularidad. En medio urbano, es algo que ocurre en las llamadas Ciudades Inteligentes donde gran parte de los servicios van a incorporar a futuro la circularidad con elementos tecnológicos. Ya existe en sistemas de estacionamientos inteligentes, cargadores de vehículos eléctricos o gestión integral de residuos urbanos, por ejemplo. La circularidad siempre viene asociada con un facilitador que está asociado con la cuarta revolución industrial. Es lo que pasa por ejemplo en los sistemas de recolección de residuos, cuando los contendores son también generadores de datos y medidores del estado de la basura por medio de sensores. Ese big data se centraliza en el cloud y está conectado con las empresas recicladoras y las autoridades sanitarias.

Hoy día vivimos en una economía lineal, donde producimos, consumimos y desechamos. Se viene desarrollando la economía del reciclaje, que es una manera equivoca de entender la circular, porque siempre necesita producir residuos. A diferencia de la economía circular, que tiene como objetivo principal la no-generación de deshechos y genera círculos virtuosos dentro de los procesos productivos y los patrones de consumo. Existen actualmente grandes deficiencias estructurales en las ciudades, donde los puestos de la alimentación, de la vivienda y de la movilidad acaparan del 70 al 80% de los ingresos de un ciudadano normal, en todo el mundo. Por ejemplo en la construcción el 15% del material se pierde antes siquiera que se empieza la obra; y una vez construidos, los edificios desaprovechan hasta un 40 % de la energía. Un estudio presentado en Dinamarca indicó que se podrían ahorrar US$ 1.200 millones de euros aplicando principios de circularidad en el sector de la construcción: adoptando conceptos de ecodiseño, producción 3D y modularidad y generando edificios multiuso. Estas tendencias son lideradas por países europeos como Francia, Dinamarca, Holanda.

La movilidad es otro tema importante. Los autos funcionan solo el 5% del tiempo en Europa y el 50 % de nuestras ciudades está dedicado a hacerlos circular y estacionarlos. Por esto es fundamental replantearse el concepto de propiedad de vehículos. La solución no pasa solamente por la sustitución de la motorización a combustión por la eléctrica.

En los alimentos, se desperdicia un 30 % a nivel global. En los países en desarrollo hay además problemas de pérdidas durante el proceso de post-cosecha, debido a problemas de almacenaje y distribución.

Pedro Martín Comín Villanueva

Hoy la Ciudad de Buenos Aires recupera el 64 % de los residuos sólidos urbanos que se generan a diario (el total es de 7.500 toneladas diarias). La economía de reciclaje no es circular. Actualmente, nos enfocamos más bien en eficientizar un proceso que ya está errado desde la base. Pero actuamos para lograr una transición hacia un modelo circular, que nos lleva a repensar todo desde el momento 0.

La mitad de deshechos que se generan en la ciudad, 3.300 toneladas diarias provienen de demoliciones. Se recupera la casi totalidad (90 %) en el centro de reciclaje de Villa Soldati. En cuanto a lo orgánico, CABA genera 1.800 toneladas diarias de desperdicios alimenticios, de las cuales se logra recuperar 780 toneladas. Luego están los «secos» (reciclables, plásticos, envases, etc). Se recuperan 380 toneladas de las 1.750 diarias. En paralelo a esto, existe el sistema informal de los cartoneros que procesa un volumen similar. Luego de la crisis del 2001, se crearon cooperativas cartoneras y centros de reciclaje que generaron unos 7.000 empleos y dan un marco a una franja de población en situación de vulnerabilidad. Es un ejemplo concreto de este tema tan de actualidad ahora: transformar subsidios en empleos reales.

La política de recuperados urbanos de la Ciudad con una mirada de economía circular tiene tres ejes: dar escala al trabajo y los intercambios de las cooperativas; lograr el cambio cultural (separar residuos en los hogares); y lograr que este cambio cultural permee con los vecinos. Uno de los principios de la circularidad es que la solución a los problemas estén condicionadas por su entorno (buscar soluciones adaptadas al entorno local).

Hemos creado la Red de Economía Circular, que integra varias empresas de CCI France Argentine. En un primer momento, queremos de dar visibilidad al asunto y generar masa crítica y juntar a todos los actores. Hoy cuenta con 200 instituciones, empresas universidad y ONGs. Se votó una Ley de Economía Circular de la Ciudad.

El Congreso Nacional empieza a trabajar sobre leyes de responsabilidad extendida del productor, sobre todo vinculado al plástico y los envases. Es bueno que en la Argentina se empiece a debatir sobre estos asuntos.

Mariana Petrina

L’Oréal empezó su recorrido en la sustentabilidad hace más de 30 años cuando se decidió no realizar más testeos con animales. Y a partir del 2013, nos dotamos de un programa para medir lo que veníamos haciendo. No se pueden gestionar cambios sin una base desde donde partir. Así nació el programa «Compartir la Belleza con Todos», que estipula indicadores y metas sustentables relacionados con residuos, clima, uso del agua y emisiones. Luego en 2020 profundizamos este proceso con L’Oréal por el Futuro. Lo veníamos preparando desde hace mucho tiempo. Nos pusimos metas para el año 2030, basadas en la ciencia y nos ubica en el único escenario posible, en el marco de una industria acotada a los límites del planeta.

Queremos ser carbono neutrales para 2030; que el 100 % de nuestros empaques sean de base biológica para poder ser compostados o reciclados; y que nuestros ingredientes sean 95 % naturales o provenientes de fuentes renovables.

El programa es muy completo, con 59 indicadores. En Argentina tenemos 19 de las 36 marcas del grupo y todas comenzaron su transformación hacia una economía circular.  Por ejemplo, las líneas de Garnier ya cuentan con un 85 % de PCR (plásticos reciclados). Además, cuenta con 40 puntos de recolección de plásticos de alta densidad en todo el país y la idea es sumar más. En el marco de esta transformación, nos ocupamos también de educar el consumidor. A nivel global a partir de 2022, implementaremos un etiquetado ambiental con 14 indicadores. La información será accesible desde el teléfono del comprador que podrá saber cuan sustentable es cada producto. No solo nos concentramos sobre Garnier: una marca más chica como Kiehl’s también tiene su propio programa circular. Se llama Recycling and Rewarding y ofrece a los consumidores la posibilidad de traer de vuelta los envases y ganar puntos para acceder a descuentos.

Finalmente, L’Oréal por el Futuro es también un fondo de inversión de impacto. Destinamos 150 millones de euros para destinar a proyectos que restauran la biodiversidad y promueven la economía circular en todo el mundo.

Para la organización de este Forum, CCI France Argentine agradece a: 

 

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