Tres especialistas en temas financieros y económicos participaron en este webinar del 8 de julio de 2021.
Los oradores:
Felix Mwenetombwe, Consejero Financiero Adjunto del Jefe del Servicio Económico Regional para el Cono Sur (Embajada de Francia).
Carlos Pincemin, especialista en Economía y Cambio Climático en la Agence Française de Développement (AFD).
Sebastián Fernández Vilas, Managing Director en Crédit Agricole Argentina.
Felix Mwenetombwe abrió la exposición y aclaró que «quiero compartir con ustedes una observación y dos convicciones».
(05:10) «La primera es que la trayectoria climática sigue preocupante, pero tengo dos convicciones o dos buenas noticias: que primero hay una voluntad política y diplomática para tratar de cambiar esta dinámica; segundo que las finanzas tienen un papel muy importante en este tema. Lo que vemos es que en 2020 vimos una caída de las emisiones de gases, pero fue temporal, coyuntural, por la pandemia, y no permite lograr los objetivos contra el cambio climático que tenemos. En el caso de Francia necesitamos duplicar el esfuerzo de baja de emisiones de gas para tratar de lograr el objetivo de 2030. En el caso de Francia 2020 no solo fue un año de pandemia, sino también el año más cálido que hemos registrado desde la era industrial, que es muy preocupante. Cuando vemos lo que está pasando en EEUU o Canadá podemos preocuparnos mucho por cómo va a ser 2021 en este sentido. Pero tengo una buena noticia, que hay una conciencia más fuerte a nivel político y diplomático para tratar de cambiar esta trayectoria. Tenemos el Acuerdo de París que firmamos en 2015 y que trata de limitar el calentamiento a 1.5 grados/2 grados en los próximos años. También a nivel europeo hay un compromiso muy fuerte para, tratar de reducir a la mitad la emisión en 2030 con la ambición de ser el primer continente neutro en 2030».
(07:47) «Para lograr eso las finanzas tienen un papel muy importante. Si tomamos la estimación del IPCC, se dice que se van a necesitar 6.000 millones de USD de inversiones por año para lograr estos objetivos. A nivel europeo, con el Green Deal, se estima en 260.000 millones para lograr ese objetivo en 2030. Quiero compartir entonces tres ideas en la mesa:
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- Primero creo que es importante desarrollar más productos financieros alineados con el acuerdo de París.
- Segundo, necesitamos una regulación, pero no tiene que ser contradictorio con competitividad. Necesitamos poner más elementos climáticos-ambientales-sociales.
- Tercero, tenemos que ser coherentes, no podemos apoyar unas finanzas más sustentables si seguimos flojos en todos los demás temas o políticas que estamos haciendo.
Cuando hablamos con los fondos de inversión, ellos dicen que no tienen la capacidad que quisieran de poner todas las inversiones que están en la trayectoria del Acuerdo de París. Estamos muy lejos de estar en un mundo perfecto, porque globalmente casi la mitad de las empresas tiene una trayectoria de 3, 3.5 grados. Si tomamos Emerging Equities, casi dos tercios de las empresas tienen una trayectoria de 23, 3.5 grados. A pesar de eso hay cambios y avances. Por ejemplo nuestro centro financiero, Pace de Paris, representa el 44% de la financiación verde de los países del G7. Esperemos que siga creciendo. También hay muchos más fondos sostenibles abiertos a los inversionistas privados. Cada euro colocado en el «Livret Développement Durable et Solidaire» financia un euro para un proyecto verde».
(11:50) «Desde la pandemia, los inversionistas institucionales están tomando más en cuenta los criterios ambiental, social y de gobernanza. Hoy día los bonos verdes representan solo 2% de los bonos a nivel mundial, muy poco, pero los activos ASG van a seguir creciendo hasta representar casi la mitad de los fondos en 2025. A nivel del Estado francés hay iniciativas: tenemos un bono que llamamos OAT verde que hoy día representa casi 30.000 millones de euros y sirve para financiar mitigación del cambio climático y también algunos proyectos de energía renovable y tenemos el Green Budget, donde tratamos de analizar gastos: y aún tenemos 10.000 millones de euros de gastos no favorables para el ambiente. Y tenemos un plan de recuperación financiado en parte por la UE y sobre los 100.000 millones de euros hay 32.000 millones en favor del medio ambiente».
(13:45) «Las empresas francesas también tienen un compromiso reciente en este objetivo. El French Business Climate Pledge se compromete a hacer más inversiones en I&D en energía renovable. Las empresas que tienen este compromiso tienen hoy día una valorización en el mercado mucho más fuerte que una empresa tradicional. Hay una demanda por este tipo de compromiso. El debate hoy no es si la finanza se va a poner «verde» -lo va a hacer, no sabemos a qué ritmo- sino cómo el Estado puede acompañar este movimiento. En la prioridad de Francia también hay una voluntad de animar a las empresas a comunicar mejor su compromiso, a incrementar la transparencia, armonizar los estándares y criterios financieros. Eso es para mejor transparencia, mejor control y mejor compromiso».
(16:25) «Además de las finanzas verdes, hay que tener una política global coherente. En Francia tenemos un compromiso con otras políticas, como la política comercial: la queremos más verde, como en el acuerdo UE-Mercosur. También la financiación a la exportación, queremos exportación francesa más verde. No vamos a financiar más exportación de petróleo desde 2025 y gas desde 2035. Apoyo a la exportación de centrales eléctricas que mejoren el mix energético de los países receptores, y desarrollo de las industrias exportadoras francesas compatibles con el Acuerdo de París. Finalmente Francia también es parte de varias iniciativas, como el Fondo Verde por el Clima, donde hemos multiplicado nuestra contribución para llegar hasta 1.550 millones de euros y vamos a seguir apoyándolo. Y como accionistas del banco Mundial de Desarrollo tratamos de que su política tome más en cuenta los proyectos social, ambiental, gobernanza. Otra buena noticia es que el Banco Europeo de Inversión hoy día casi es un Banco Climático Europeo, porque tiene el objetivo de dedicar la mitad de su inversión al clima y el ambiente en 2025».
(18:52) «Como estamos en Argentina, no puedo terminar sin hablar del FMI, pero con buenas noticias: queremos un FMI más verde; creemos que debe tener en cuenta los esfuerzos de los Estados alineados con la trayectoria de París, que tome más en cuenta las cuestiones climáticas y los riesgos. Hay sectores que van a perder, como el fósil, el más contaminante, y otros que van a ganar, como la energía renovable, y eso implica costo social que tenemos que tomar en cuenta. Y hay un costo de adaptación, en Argentina lo conocemos bien, con el impacto de la sequía en la soja. Este impacto participa en la vulnerabilidad social y económica de un país y queremos que el FMI lo tenga más en cuenta».
(21:41) Carlos Pincemin tomó luego la palabra y recordó que «la Agence Française de Développement (AFD) es el banco de desarrollo francés, es un banco bilateral de desarrollo que tiene un despliegue en nuestra región y el mundo. ¿Qué hace la AFD en las finanzas sustentables? Los temas ambientales están en AFD desde hace 20 años y el clima más de 15, pero podríamos establecer un punto de partida en 2015 con el nuevo Global Compact, la referencia internacional en finanzas sustentables, que son sobre todo tres elementos: Agenda 2030, la Agenda de Addis Abeba y la COP21. ¿Qué hace AFD con esto? Lo pone dentro de su estrategia, un proceso de internalización. Los compromisos de AFD para sus financiamientos es que sean 100% Acuerdo de París y 100% Vínculo Social. Vamos a tener nuestros préstamos organizados a partir de estos dos criterios faro».
(24:31) «¿Qué es esto 100% acuerdo de París? Toda nuestra cartera, financiamientos de distinto tipo, y en países emergentes, buscan limitar emisiones, reforzar la resiliencia (adaptación al cambio climático), por ejemplo con infraestructuras adaptadas al aumento de la temperatura global, y hay un tercer aspecto que es alinear flujos financieros en la medida de lo posible.
-Vamos a financiar solamente proyectos que se inscriban en los compromisos que tomó el país en el momento de la COP21.
-El 50% de lo que hacemos como préstamo tiene que tener co-beneficio climático: que la mitad de los préstamos tienen que tener algún beneficio medible a favor de alguna reducción de emisiones o una mejora de la capacidad de adaptación al cambio climático.
– A todos los proyectos se les hace un balance de huella de carbono.
-Reorientamos flujos financieros a través de garantías, apoyo a los sistemas financieros, emisiones verdes y operaciones con el GCF.
-Co-construcción de soluciones (buenas prácticas). Asociarnos con otros para aumentar el impacto y difundir estas ideas.
-Alineación de prácticas internas».
(29:11) A continuación, Pincemin presentó lo que llama el mapa de las financiaciones climáticas en 2020. «América Latina tiene una parte grande de nuestro portafolio y crecemos muy rápido en la región. Algunos números: en 2020 hicimos 5.200 de euros de financiamiento climático puro. Hay 1.500 millones de proyectos de adaptación».
(33:28) «Ya hemos empezado a emitir bonos verdes, ya una grande el año pasado de 2.000 millones de euros en febrero 2020, y en octubre de 2020 un bono ambiental emitido sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible. En los años que vienen vamos a ir más hacia ODS todos. En la región: tenemos el objetivo de superar el 50% de co-beneficios climáticos, para alcanzar 70%; entre 2018 y 2020 los financiamientos climáticos fueron de 956 millones de euros por año en promedio; 56% en promedio financian proyectos de atenuación. Los instrumentos que usamos: trabajamos mucho con préstamos de apoyo presupuestario, préstamos para proyectos y líneas de créditos para bancos. En 2018 y 2020, 44% de los financiamientos climáticos fueron préstamos de apoyo presupuestario, 38% de líneas de crédito verdes y 18% préstamos a proyectos».
(37:15) «En América Latina hacemos 9% de las emisiones mundiales con 8& de la población (80% Brasil + México + Argentina + Venezuela). El mix energético es relativamente más limpio que en el promedio mundial gracias a los recursos hídricos (en la Argentina es un poco distinto, hay más hidrocarburos); pensamos que en los años que vienen habrá muchos proyectos par mejorar resiliencia y adaptación al cambio climático. La agricultura y ganadería concentran 42% de las emisiones contra 18% global».
(39:21) El tercer orador de ese webinar fue Sebastián Fernández Vila, del Crédit Agricole. Afirmó que «previo al Acuerdo de París se empezó a trabajar en modo incipiente con bonos verdes, hasta que llegó un momento en que Crédit Agricole (CA) con otros bancos americanos creó el principio de «bonos verdes», que dieron un marco voluntario, no obligatorio pero con claras líneas a seguir, donde se estandarizaba qué debía ser un bono verde, para promover el mercado. Después se generaron los principios de bonos sociales y de sustentabilidad (cuando un bono tiene tanto aplicaciones sociales como verdes). Hoy es un mercado hiperdesarrollado, hiperestandarizado y con pautas claras. Desde CA no solo somos un banco con logo verde, sino que realmente es uno de los pilares fundamentales hace mucho tiempo. Nuestro jefe de banca sustentable en París, Tanguy Claquin, es una de las más reconocidas y de las que más han traccionado el mercado de ESG. Por un lado los emisores necesitan darse vuelta y empezar a mostrar; del lado de los inversores ha pasado un poco lo mismo: estas mismas empresas, los administradores de fondos cada vez reciben más fondos de sus aportantes que ya no les es suficiente con las acciones privadas que hacen, sino que necesitan ir más allá. Ahí es donde los administradores globales de fondos están recibiendo cada vez más dinero que necesita canalizarse en inversiones sociales o verdes, de modo que hay un alineamiento entre el emisor y el mercado».
(43:46) «¿Dónde se paran los principios de bonos verdes?
– Criterios de elegibilidad: para dar claridad y garantice o una mitigación del cambio climático o un desarrollo sustentable o una adaptación. En los tangibles los renovables son los más claros, en intangibles I&D.
– Proceso de selección: acá participan los bancos y el banco ha tomado un liderazgo fundamental en los últimos años. Donde se necesita el primer sello de calidad por el cual se va validar lo que un banco emisor va a hacer a través de un bono sustentable.
– Proceso de gestión: hay dos grandes variantes, cómo se aplican esos fondos. O con una cuenta segregada o un método tradicional, sin un flujo de fondos directos, como en el último tiempo de la mano de la confianza, estandarización y transparencia del mercado se ha venido haciendo.
– Reporte y difusión: los reportes que los emisores deben hacer siguiendo las pautas de la aplicación y el impacto que han tenido los proyectos que han financiado a través de estos bonos. No es una obligación, pero forma parte de las mejores prácticas».
(47:01) «Principios de documentación de la transacción:
-Una primera debe definir su marco integral, el «framework», que da el ámbito donde se emite. Cuanto más amplio mejor, pero no exageradamente; limita lo que uno puede hacer hacia adelante en la emisión, que marque lo que se va a hacer en los próximos cinco años.
-Uso de los fondos: alineado con el marco integral.
-Certificación de la opinión de segunda parte: es un tercero independiente, con experiencia en la materia, cuya actividad es exclusivamente certificar y validar el marco integral y la emisión.
-Reporte periódico».
(48:56) «Categorías elegibles para proyectos o activos verdes:
-Energías renovables: no solo la eólica y solar
-Eficiencia energética
-Prevención y control de la contaminación
-Agua sustentable
-Edificios verdes, el sector inmobiliario, no solamente la generación de electricidad en terraza sino el funcionamiento general del edificio».
(50:40) «Diferentes categorías para proyectos o activos sociales:
-Infraestructura básica accesible
-Acceso a servicios esenciales
-Vivienda accesible
-Generación de empleo
-Seguridad alimentaria»
(51:40) «Uso de Fondos (UoP) o Vinculado (SLB): cuando tiene ambas combinaciones es un bono sustentable, pero últimamente aparecieron mucho las transacciones vinculadas a la sustentabilidad donde no necesariamente el uso de fondos se aplica a activos verdes y activos sociales. El uso de fondos es general, no específico, pueden usarse o no en activos verdes y sociales, pero el criterio de medición va a ser diferente. Lo que se ha hecho es alinear el objetivo del emisor con el objetivo del inversor».
(55:51) «Opinión de Segunda Parte y el Reporte: el segundo sello de calidad después del banco colocador. Así como hay empresas calificadores de riesgo, el mercado cada vez más sigue creciendo, sigue dando para que se desarrollen más compañías. Y estas opiniones de segundas partes lo que hacen es dar una opinión, un informe sobre las cuestiones puntuales de ESG que sea el bono. Se hace una opinión tanto del mercado como de la emisión. La tercera categoría son las certificaciones de terceras partes independientes: certifican los criterios de elegibilidad utilizados para los bonos, pero no las aplicaciones que se vayan a hacer. Por último lo que hay es una competencia a las opiniones de segunda parte: son las conocidas calificaciones de riesgo crediticio, que desarrollaron un departamento paralelo y hacen también sus opiniones de segunda parte. En cuanto al reporte, es algo clave: la no emisión no implica un incumplimiento del bono, pero si ese inversor quiere volver en el futuro con una nueva emisión el mercado probablmente no se la compre. Las formas de publicación son flexibles: puede ser en la web de la compañía, en un press release y otros, y la forma en que se presenta también es muy flexible».
(1:00:49) «Mercado global: crecimiento y diversificación. Cómo y hacia dónde va el mercado. Dónde estamos en Latinoamérica. Inversores socialmente responsables (SRI). Y por último, a dónde vamos los bancos y los organismos emisores. ¿Qué está pasando en los últimos dos años? Los bancos estamos en la misma línea, estructurando transacciones de diferentes características. En Europa desde hace varios años, en EEUU más tarde, ahora creciendo exponencialmente: los bancos, además de la calificación crediticia, ya estamos desarrollando una calificación ESG que va a ir por separado. Ya no financiamos más carbón, el petróleo pesado es cada vez más complicado, las compañías cementeras, de acero, tienen que empezar a cambiar su matriz de generación energética. ¿Qué hacemos en Argentina? El CNV estableció pautas para la emisión de bonos en el mercado local mediante la aplicación de principios de bonos verdes y sustentables, y los requisitos que se requieren para su emisión».