La transición energética ya no es una opción, sino una necesidad para los países y empresas que buscan ser competitivos en un mundo marcado por la electrificación, la digitalización y la reducción de emisiones. Así lo destacó Marcela Romero, presidenta y CEO de Schneider Electric para Argentina, Uruguay y Paraguay, en el marco del evento Capítulo 3 de Energía organizado por La Nación.
Romero, ingeniera industrial egresada de la UTN con un MBA en la UTDT y posgrado en UCEMA, subrayó que más del 60% de la energía a nivel mundial se pierde en distintas etapas —generación, transporte, distribución y consumo—, y que la eficiencia energética puede convertirse en un diferencial competitivo clave para la Argentina.
“Lo que no se mide no se puede gestionar. La medición es la base para después tomar decisiones productivas y sostenibles”
Así lo explicó Marcela Romero al referirse al concepto de Electricidad 4.0, basado en la digitalización, la automatización y la electrificación.
En sectores como la minería, el oil & gas, los hospitales o los centros de datos, la continuidad del suministro eléctrico es vital. Allí, la aplicación de tecnologías escalables permite reducir la huella de carbono hasta en un 70%, al tiempo que mejora los costos y la competitividad.
Romero resaltó que la Argentina posee recursos estratégicos como gas, petróleo y litio, pero también un gran potencial en energías renovables y talento técnico:
“Si sabemos aprovechar esta ola de eficiencia y transición energética, podemos ser protagonistas mucho más de lo que creemos”.
Schneider Electric aplica estas soluciones también en sus propias operaciones: la renovación de su planta en Pacheco y el traslado de sus oficinas a un edificio con certificación LEED Oro muestran con hechos el compromiso de la compañía con esta transformación.
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